Aprende a ser flexible

Aprende a ser flexible


Para mejorar de forma notable tu vida no hay nada como saber adaptarse a cualquier situación, sin dejar de ser uno mismo.
Los grandes científicos están de acuerdo en que: sobreviven  aquellas especies cuya capacidad de adaptarse es sobresaliente en el medio en donde viven.

las personas especiales huelen a sencillez y reflejan un brillo en el centro del alma 

las personas especiales huelen a sencillez y reflejan un brillo en el centro del alma

 Ser flexible

Esto implica a tu vida cotidiana
Ser una persona iracunda e intransigente, es un gran obstáculo para cualquier persona, porque le pone limitantes a su forma de pensar y de actuar, por lo tanto le dificulta fluir en su vida.

La flexibilidad es la gran capacidad de adaptarse rápidamente a las circunstancias, los tiempos y las personas, rectificando oportunamente nuestras actitudes y puntos de vista, para lograr entonces una mejor convivencia y entendimiento con las demás personas en el medio.

En ocasiones se ha entendido a la flexibilidad como “ceder” siempre para evitar conflictos, pero ser flexibles no significa nunca dejarse llevar y ser condescendientes con todo y con todas las personas.

Aprende a escuchar atentamente y a observar con atención todo lo que ocurre a nuestro alrededor, constituye el punto de partida para tomar lo mejor de cada circunstancia y hacer a un lado todo aquello que objetivamente no es conveniente.

Es decir, la flexibilidad mejora nuestra disposición para no andarse peleando por cualquier cosa y conseguir llegar a acuerdos.
Algunas veces nuestra capacidad de adaptación se somete a pruebas severas, como un giro completamente distinto al que desarrollábamos.
En todos estos cambios debemos tratar con personas diferentes, con sus costumbres y con factores distintos a los que estábamos acostumbrados.
La rápidez con que nos identifiquemos al nuevo ambiente, marcará desde el primer momento el éxito ó fracaso en nuestro desempeño, y en las relaciones con las demás personas en el medio.

 Corregir actitudes

 

Para que tus propósitos de mejorar tengan fruto, es necesario identificar y corregir algunas de las actitudes que nos impiden vivir cabalmente este valor, son las siguientes a saber:

– Calma.- Procura que tu primer impulso no sea dar un sí ó un no como respuesta.
– Aprende.- Que aceptar o negar tiene su momento. Escucha, observa, medita y actúa.
– Habla.- Cuando sea necesario, ó calla si las circunstancias lo exigen en ese preciso momento.
– Las conversaciones.- Cuando son forzadas no llevan a ninguna parte.
– Aprende.- A dejar una conversación en el momento oportuno, evitando discusiones estériles que no llegarán a algo sensato.
– Nada.- Ganas con aferrarte para tratar de convencer a una persona que no quiere escuchar nada.
– Trata.- A cada persona según su peculiar forma de ser, lo cual se traduce literalmente en respeto.
– Rectifica.-. Cada vez que sea preciso.
– Corregir.- Los errores, pedir perdón ó aclarar la equivocación en nuestro juicio, demuestra sencillez y rectitud de intención.

Si aprendes a ser flexible, tu adaptación será siempre tan natural, que nunca parecerás extraño ante nadie.

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