la magia del cuarzo

El cuarzo no solo es mágico, y tradicionalmente sanador sino que además tiene otras múltiples aplicaciones en tecnología e industria. Quizá estos datos centrados en orígenes y aplicaciones reales y desprovistas de fantasías místicas sean de utilidad a otras personas. Y con esto no estoy despreciando a corrientes espirituales puesto que personalmente pertenezco a ellas, pero considero que cada cosa tiene su momento y hay un lugar para cada una de ellas. No podemos decir que el Cuarzo nos abre el tercer ojo, o que con tenerlo en las manos meditando llegamos a niveles superiores de conciencia, eso para mi es fantasía mística. El cuarzo ahora lo iremos viendo es un catalizador potente, es un amplificador, es una antena y esa es su función, hasta el nivel que lleguemos no depende del cristal sino de nosotros mismos y por supuesto de nuestro karma personal.

Empezaré diciendo como en los cuentos:

Había una vez en la milenaria Grecia, un cristal muy humilde que abundaba en la naturaleza, y que los helenos llamaban Kristallo. Contaban los sabios ancianos que los dioses les habían regalado este divino hielo a fin de que el agua se conservara sólida y pudiera regar la tierra árida del egeo en tiempos de sequía.

Estas piedras transparentes de 6 lados habían tardado miles de años en formarse por la acción del agua sobre la arena procedente de los cristales de Silice. Pero a veces el Kristallos se encontraba asociado con otros minerales de diversos colores y se hizo muy popular, tanto que trascendió las fronteras Griegas y fue universalmente conocido, porque resulto que este regalo original del cual los helenos se creyeron herederos, era un don universal y en todo el globo se hallaban Kristalos. Y cambió de nombre y fue universalmente conocido como Cuarzo.

Los schamanes, sanadores , brujos y médicos de la antigüedad recibieron buena información del cristal y aprendieron a usarlo para sanar, para fabricar medicinas, machacando en sus morteros el cristal hasta convertirlo en arena mezclándolo con otra pócimas y añadiendo sus conjuros y administrándolo en mínimas dosis a los enfermos. Pero además, tambien diagnosticaban tumores e infecciones y se protegían con Cuarzo de las malignas influencias astrológicas que acechaban a los hombres.

Siglos mas tarde, y siguiendo la tradición, los alquimistas adoptaron a Kristallos como la madre piedra de la cual nacían todas las demás, pero tambien hubo quienes lo consideraron de Rey del Cristal al ver que el cuarzo irradiaba luz procedente de la energía cósmica. Su punta afilada puesta sobre la persona canalizaba energía planetaria y sanaba al enfermo, fortalecía al débil, y purificaba el nivel vibratorio.

Los schamanes tanto de Mongolia y Tibet, como los de América, los llevaban colgados sobre ellos diferentes especimenes de cuarzo como distintivo de su status de sanador. Con ellos hacían sus magias, elaborando tallas de símbolos e imágenes representativas y protectoras que sus pacientes llevarían pegados a su cuerpo. Como veremos, nuestros hábitos actuales de colgarnos amuletos de estos cristales no son de ayer.
Los indios de América los llamaban “GENTE DE PIEDRA”, y lo consideraban como un poderoso instrumento para la curación al que se le debía un trato de mucho respeto. Con ellos elaboraban en “elixires de gemas” y talismanes de protección y de “ensueño”.

Los Vikingos usaban el cristal como ayuda para la navegación y los habitantes de Minos vigilaban a sus cautivos actuando con los toros en el ruedo a través de lentes de cristal de cuarzo transparentes. Así, la utilización del Cuarzo en Óptica tampoco es un descubrimiento moderno. Pero de todo esto a mi lo que me impacta más es el Cristal conocido como el cráneo de mitchell-Hedges: un cuarzo del tamaño del cráneo humano y tallado con suma perfección, encontrado en medio de la jungla durante una excavación arqueológica en Sudamérica en los años veinte. No solamente este cráneo es anatómicamente perfecto, aun cuando se considere que debe tener una edad superior a los 12.000 años, cuando este tipo de conocimiento tecnológico era supuestamente desconocido, sino que hubiese sido del todo imposible esculpirlo con los instrumentos primitivos que las personas tenían a su disposición en ese momento.

Desde los primeros tiempos ha habido conexiones entre los cristales y las prácticas religiosas. Aún hoy en día hay iglesias construidas durante la Edad Media, donde los cristales se usaron para ser colocados en los altares. La Catedral de Winchester está construida en un lugar sobre un círculo de piedras ya formado y conteniendo abundante cristal de cuarzo. Los primeros cristianos elevaron sus iglesias sus iglesias en sitios donde los círculos de piedras – posiblemente celtas- dejaron sus huellas. De esta forma la Iglesia sacralizó el paganismo y atrajo feligreses procedentes de estas antiguas creencias. Recordemos que los druidas celtas eran expertos en localizar corrientes telúricas y aprovecharlas para su magia erigiendo en ellas los santuarios, de la misma forma que muchos siglos después harían los caballeros templarios.

En este repaso histórico a vista de pájaro, llegamos a la edad moderna, y fue Fran Antón Mesmer médico alemán (1734 – 1815) quien fundamento su nueva medicina- el mesmerismo-en el magnetismo humano o animal y la influencia en lo humano del magnetismo universal. Señalaba que: Existe una sutilísima materia que ejerce su poder a través del universo; los cuerpos celestes influyen en el sistema nervioso y las enfermedades son perturbaciones del magnetismo animal.
Por su metodología frente a los pacientes, hasta podría considerársele el padre de la psicoterapia. Según Mesmer, había un magnetismo que ejercía una extraordinaria influencia sobre el ser humano, y usó, sus virtudes curativas para sanar a los pacientes. Esto era demasiado cambio para la época y como a otros muchos sabios revolucionarios, a partir de 1785 fue considerado charlatán y quedó arrinconado en la historia anónima de la humanidad. El estado de trance de la hipnoterapia está identificado con lo que en parte fue el mesmerismo. A una paciente ciega le dijo: “Cuando era niño y corría por el campo sentía que todo era armonía y todo estaba perfectamente balanceado, con excepción de los seres humanos”

Hoy día en una gran parte se le da la razón a Mesmer. El llamaba “materia sutilísima” a la más sutil energía que ejerce su poder en el universo, aquella que emana de la Inteligencia Pura, que todo lo compenetra, incluso el aparente vacío que no lo es tal por estar lleno de su energía. Los budistas a eso lo llaman Vacuidad. Hoy en día la ciencia acepta las enfermedades como una perturbación de la armonía celular, un desacuerdo vibracional entre la mente y los pensamientos. Nada en el Universo es sólido, vacío o inerte, todo es vibración, todo es vital y está compenetrado por la Inteligencia Pura que con su energía estratificada le permite ser a cada cosa lo que es. Todo es armonía como de niño lo vio el visionario Mesmer, salvo nosotros que con nuestros erróneos pensamientos rompemos la armonía y vivimos por lo general en un estado desarmonizo y disrítmico.

Todo esto viene a colación del cuarzo porque la filosofía mesmeriana dio la alternativa al cuarzo en el escenario de ciencia moderna. Esa energía sutilísima que hablaba Mesmer es la que nuestro mágico cristal capta y transmite o canaliza ayudando con su alto magnetismo a conectarse con la Armonía Cósmica y planetaria, colaborando con ello a la recuperación del ritmo y la armonía individual humana. Esa ayuda en la recuperación del armónico ritmo celular y de los pensamientos, es obra del modesto cuarzo, un abundante compuesto de dióxido de silicio que se encuentra en la tercera parte de la corteza terrestre y crece necesitando miles de años para lograr su desarrollo. Es la más extendida y barata de las piedras cristalizadas, pero igual de hermosa y sin lugar a dudas la más importante y benéfica de todas ellas.

Estos cristales de cuarzo fueron llamados “venas de la tierra”, “agua congelada” o “luz congelada”. Sus minas suelen estar cerca de donde hay oro. Su energía forma un campo de irradiación y acción de unos 90 centímetros para los cuarzos pequeños como los de los colgantes.
Las esferas talladas de cuarzo son una gran central de energía, es útil mirarlas y dejarse ir hacia su centro en la contemplación de la misma. Drusa es un conjunto de cristales de variados tamaños, desde su base de arena de sílice solidificada emergen como obeliscos los cristales hexagonales con una apariencia de catedral espacial.
Poner las manos sobre ellos restaura nuestra energía. El cristal que llevamos colgado al cuello, como colgante, armoniza su frecuencia con nuestra frecuencia mental y nos ayuda a resonar en armonía, dado que la vibración del cuarzo es de armonía, ayuda al equilibrio de nuestra actividad cardiovascular.
El cristal debe estar engarzado en una corona de plata u oro siendo la cadena de la que cuelga de oro o plata, esto al gusto de cada cual, el cobre también es un buen conductor. Este colgante nos colabora en el proceso de la recuperación y conservación del equilibrio y armonía personal. Dice el refrán: “Para gustos estan hechos los colores” y en la elección de nuestro cristal eso es prioritario; se usa en sanación, siendo la amatista o cuarzo azulado el más empleado. Hay personas que buscan su cuarzo totalmente transparente, pero hay quien prefiere aquellos que muestran en su semitransparencia la vida y energía interior, como el poco frecuente rutilado o dorado. Ya tengan forma de símbolos como hacían los schamanes, ya sea en su natural forma hexagonal y terminado en punta en que se encuentra en la naturaleza, todos son útiles y la recomendación es dejarse guiar por la intuición y elegir aquel que mas nos atrae. La conexión y la fuerza se producen por el contacto mutuo.

La milenaria enseñanza explica los efectos del cuarzo sobre el ser humano y su importancia para nuestro actual despertar mental. El cuarzo funciona como un circuito eléctrico que absorbe y transmite la energía cósmica (prana) al ser humano, es un agente intermediario destinado a ayudar al hombre en la armonía celular y en su despertar mental al conectarlo por medio de la mente con la energía planetaria activada para el despertar y la transformación
Estamos desorientados por lo que sucede y porque las pautas de conducta recibidas nos condujeron a unas enseñanzas de las que lo que obtuvimos fue la frustración y no el conocimiento anhelado; pero no vale la pena echar las culpas a nadie porque somos los únicos responsables de lo que pensamos y lo que hacemos con la propia energía.

Sabemos que la focalización del pensamiento en beneficio del organismo, ayuda a la sanación, siendo el cuarzo un intermediario más en el beneficio de la armonía celular, rota por los bloqueos mentales que estimulan la emisión de pensamientos “basura” los que en nada nos ayudan, muy por el contrario, favorecen la infelicidad y la enfermedad. Podemos recuperar la armonía y canalizar mejor la energía, o seguir atados a la rueda del dolor y el sufrimiento anclados en viejas estructuras de conducta. De cómo decidamos vivir es nuestra opción. Somos mágicos en nuestro individual potencial mental, y podemos operar el milagro de cuánticamente hacer un cielo de un infierno, si así nos lo proponemos.

El tipo de cristal que utilizamos como instrumento para la curación en diferentes métodos y amuletos de protección se llama cristal ” electrónico”. Esto significa que es cuarzo incontaminado y libre de minerales pesados como el óxido de hierro que tiende a aterrizar el fluido de la energía. Tiene que ser claro y limpio a excepción del rutilado (pelo de ángel), que son minerales ya cristalizados.

Existe confusión en algunas personas que no pueden distinguir entre cristal cortado (vidrio con plomo) y el cristal de cuarzo o cristal de roca. Esta diferencia se puede sentir por su vibración. Cuarzo son seres vivos y su frecuencia vibratoria es muy diferente al del vidrio, plástico. Cuando utilizo el cristal, si lo pongo en la palma de la mano y coloco la yema de mis dedos sobre la punta cristalizada puedo detectar la vibración en forma de hormigueo eléctrico o ligeros calambres muy tenues en la zona en contacto con la punta. Eso no se siente con un cristal normal y ni que decir tiene con el plástico.

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