La enfermedad es una perdida de armonia

La enfermedad es una perdida de armonia

En el cuerpo solo se manifiesta dicha desarmonía. La conciencia es al cuerpo lo que un programa de radio es al receptor.
Este orden tiene como punto de partida la conciencia salud (modelo armonioso).
Si una de las funciones se perturba enfermedad (pérdida de la armonía).

Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma éste llama la atención, interrumpiendo con frecuencia bruscamente la continuidad de la vida diaria.
Es una señal que causa interés, atrae energía, y por lo tanto interrumpe la vida diaria. Nos reclama atención lo queramos o no para eliminar la molestia.

Cuando sólo queremos la pastilla que nos permita seguir andando, es como cuando en el auto se prende una luz roja que indica una anomalía, que está ocurriendo en un lugar inaccesible para nosotros, y en lugar de parar y ver que pasa y arreglarlo, quisiéramos que el mecánico desconecte la lamparita que nos molesta.

Lo que hace falta es mirar hacia zonas más “profundas” a fin de averiguar que es lo que no “funciona”.
La “Señal’ solo está para avisarnos y hacer que nos preguntemos que ocurre, igual que el síntoma

En síntesis la enfermedad es un estado que indica que el individuo en su conciencia ha dejado de estar en orden o armonía, que hemos perdido el equilibrio de las fuerzas del alma. Que algo “falta”.

La enfermedad no tiene más que un fin, ayudarnos a subsanar nuestras faltas y hacernos sanos, decirnos lo que en realidad nos falta, al exponernos el temor que nosotros debemos asumir concientemente, nos permite conseguir que, por medio de procesos de aprendizaje y asimilación consciente los síntomas en sí resulten superfluos.

Todo lo que hay en la creación existe en tí y todo lo que hay en tí también existe en la creación.

Todo lo bueno pero también todo lo malo, somos polares, tenemos todo, pero en general solo vemos la parte de nosotros que queremos ver la que nos gusta o alimenta nuestro ego, y la otra no la reconocemos, la ponemos afuera, solo la vemos en los otros. Lo que no nos gusta no desaparece, es también parte de nosotros, pero como no lo queremos, no lo deseamos pasa a formar parte de nuestro “negativo” de nuestra “sombra”, de nuestro inconsciente.
Las personas creen que es posible librarse de parte de la realidad por el simple hecho de no reconocerse en ella.

Aquí el “no ver” es como el “no tener”.
Esta es la clave de la comprensión de “salud- enfermedad”, “enfermedad- curación”. Un síntoma es siempre una parte de la sombra que se ha introducido en la materia es lo que le “falta” asumir a la persona . Es lo que le hace experimentar aquello que no ha querido experimentar conscientemente. Es lo que reintegra la plenitud al ser humano.

El síntoma completa al hombre es el sucedáneo físico de lo que le falta en el alma. Es el principio ausente que se hace material y visible en el cuerpo.
La enfermedad sincera a la gente, porque en la enfermedad se “es auténtico” la enfermedad “equilibra” porque ahí se deshincha el ego, se abandonan las pretensiones de poder, se destruyen muchas ilusiones, y se cuestiona la forma de vida.

Un síntoma no puede resolver el problema en el plano corporal, sino solo proporcionar el medio para realizar el aprendizaje.

La enfermedad es un desequilibrio es la pérdida de la armonía. Esta pérdida se produce en la conciencia, y en el cuerpo solo se muestra, ya que éste es el vehículo de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia.

Thornwald Dethlefsen

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