Los dichosos Apegos

Los dichosos Apegos

 

¿Por qué será tan difícil dejar ir aquello que amamos?

 

Hay un capítulo de la vida llamado desapego.
Es la cualidad
que permite establecer con las personas, con las cosas y con las etapas
de la vida una relación de autonomía, de autenticidad.
El desapego se relaciona con el abandono del ansia del deseo, que, en la
filosofía oriental,son consideradas generadores de dolor y sufrimiento.
No poder desapegarse de una persona, de un hábito, e una idea, de un
objeto, lleva a establecer con ellos
relaciones de posesión o de sumisión.

Ya sean nuestros hijos, nuestros padres, nuestros amigos, nuestros amores; y es más, incluso nuestros sueños. Siempre pensé que las personas pasan por nuestras vidas, al igual que nosotros pasamos por sus vidas, en el momento exacto, y que se van cuando ya no podemos entregarnos nada mutuamente; pero sin embargo cuesta tanto dar ese paso hacia el futuro sin la seguridad de la compañía de lo ya conocido, de lo que nos es tan cómodo.

¿Será que estamos programados para depender emocionalmente de nuestros seres queridos, o simplemente tenemos miedo de llegar algún día al final de nuestra travesía y haber dejado a todas las personas valiosas en el camino?

Por el momento sólo se que dejar ir duele, que es un sacrificio inmenso, pero el tiempo todo lo limpia y purifica, hasta que, no se cómo, de un momento a otro, aquella sensación de vacío y angustia deja de existir, o ¿será que nos acostumbramos a esa ausencia?

La vida está repleta de ausencias, transitorias y definitivas, la clave está en dejarse llevar por la vida, y algún día, quizás algún día, sólo existirá el dulce sabor de lo que vale la pena recordar, aquel recuerdo borroso que nos saca una sonrisa, que se logra sólo cuando la ausencia ya no duele.

El apego es una actitud que nos deja encadenados al pasado,mientras tanto la vida continua sucediendo.

Niñez, adolescencia, madurez, vejez.
Primavera, verano, otoño, invierno.
Amanecer, día, atardecer, noche.
Siembra, cosecha.
Nuestra existencia será más armónica si acompañamos esos ciclos naturales.

 Cuando así no ocurre, la vida no fluye, sus aguas se estancan. El apego a una relación, a una costumbre,a un espacio, a una actividad, a una idea, a una práctica, puede llegar a ser tóxico o disfuncional.

El apego traba nuestro andar por la vida, carga nuestro equipaje con lo innecesario, nos impide escoger lo necesario.

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